lunes, 21 de marzo de 2016

La caída de Roma y el fin de la civilización

LA CAÍDA DE ROMA Y EL FIN DE LA CIVILIZACIÓN

(Libro de Bryan Ward-Perkins disponible en Internet)

Bryan Ward-Perkins es un arqueólogo e historiador del Imperio Romano tardío y de la primera Edad Media, que trabaja especialmente en el periodo de transición entre las dos etapas, un campo de especialidad conocido también como Antigüedad tardía. Actualmente enseña en el Trinity College de la Universidad de Oxford. Publicó varios libros sobre el tema. En el 2005 publicó “La caída de Roma y el fin de la civilización”, traducido al castellano y publicado por Espasa-Calpe en 2007.
Los bárbaros invaden Roma
El autor sostiene que existen dos visiones sobre la caía del Imperio Romano de Occidente; una es la clásica y otra la moderna. La postura clásica sostenía que, al ser invadido por los pueblos germánicos, en el Imperio Romano se produjo una decadencia cultural notoria. Pone el acento sobre lo que Roma perdió por culpa de la invasión. La postura moderna, alentada por la nueva integración política que surge en Europa tras la formación de la Unión Europea, pone el acento sobre los aspectos positivos que surgieron tras la fusión de ambos pueblos.
Saqueo de una villa en la Galia , según Angus Mc-Bride
Las dos posturas usan un vocabulario distinto que revela el punto de partida de cada teoría. Así:
Cuando la postura Clásica habla de:
La Moderna, en cambio, habla de:
Decadencia
Revolución religiosa y cultural
Crisis
Transición o transformación
Invasión
Integración de los bárbaros
Irrupción violenta y traumática
Surgimiento de una fuerza positiva en la configuración de la Europa Moderna.

            El autor sostiene que la idea del asentamiento pacífico de los pueblos germánicos se opone a la realidad.
Saqueo de Roma por Alarico, según Pierre Joubert
La ocupación de los territorios se realizó por medio de la amenaza o el uso de la fuerza. Algunas provincia romanas tuvieron una invasión rápida y violenta (como África), en cambio, otras sufrieron durante generaciones enteras los saqueos y violencias de uno u otro pueblo (como la Galia o Italia).

¿Por qué cayó la parte occidental del imperio y sobrevivió la oriental?

            Ward-Perkins sostiene que Oriente no era más fuerte que Occidente. De hecho, las dos batallas más grandes que pelearon cada una de las partes del Imperio tuvieron resultados distintos. En la batalla de Adrianópolis (378 d.c.) el imperio oriental sufrió una terrible derrota a manos de los bárbaros, en cambio, en la batalla de Chalons o de los Campos Cataláunicos (451 d.c.) el occidente triunfó sobre los bárbaros.
            Entonces, ¿por qué se salvó el Imperio Romano de Oriente? Se salvó porque:
-       Tenía una enorme ventaja geográfica: el mar separa a Europa de Asia (estrecho de Dardanelos y el Bósforo).
-       Constantinopla era una ciudad inexpugnable, imposible de conquistar para los pueblos bárbaros, que no conocían las armas de asedio.
Reconstrucción de las murallas de Teodosio II
-       Las provincias más ricas de Oriente (Egipto y Asia Menor) quedaron a salvo de las invasiones, con más de las dos terceras partes de sus contribuyentes sin haber sufrido menoscabo.
-       En Oriente no hubo guerras civiles. A ello ayudó que el poder militar estaba dividido entre 5 comandantes. En cambio en occidente había 2 comandantes, lo que hacía más fácil que uno se revelara para intentar tomar el poder.
Las murallas consistían en un complejo sistema defensivo con un fozo y varias murallas
-       En este período Oriente estuvo en paz con su tradicional enemigo: el Imperio Persa.

Las consecuencias de las invasiones

            Para Ward-Perkins es alarmante la decadencia del nivel de vida occidental entre los siglos V y VII. La decadencia es de tal magnitud que se puede hablar del fin de una civilización. ¿Cómo se puede medir esto? De la siguiente manera.
Los logros de la economía romana fueron:
- Los productos fabricados dentro del Imperio Romano, incluidos los artículos de uso cotidiano, eran de una altísima calidad.
-  Los productos se distribuían en enormes cantidades por todo el imperio.
-  Los productos no sólo eran consumidos por los estratos más altos de la sociedad, sino que los consumían todas las capas sociales.
Estos “logros” de la economía romana van a desaparecer junto con el Imperio Romano de Occidente.
Veamos algunos ejemplos citados por Ward-Perkins para sostener esta idea:
1-    Las vasijas de cerámica tenían 3 características que, una vez desaparecido el imperio, no se volvieron a encontrar hasta muchos siglos después. Se caracterizaban por tener una óptima calidad, eran producidas en grandes cantidades y ampliamente distribuidas tanto geográfica como socialmente. Respecto de la calidad, en Italia, recién se va a encontrar el mismo nivel de fabricación en el siglo XIV.
Vasija en la que se representan gladiadores
Respecto de la cantidad, parece elocuente la existencia, en Roma, a orillas del Tiber, de lo que es conocido como Monte Testaccio. El Monte Testaccio es una colina artificial construida durante los siglos I y III d. C. que cubre un área de 20 000 m² en su base y se alza hasta los 35 metros, si bien con toda probabilidad fue algo más alta. Este monte está formado por restos de alrededor de 53.000.000 de ánforas rotas (Wikipedia da la cifra de 26 millones de ánforas); sobre todo de aceite de oliva procedentes de lugares como la Bética
Monte Testaccio en la actualidad
(aproximadamente el 80 % del total) o la Tripolitania (el 17 %). El restante 3 % proviene de la Galia, otras regiones de la península italiana, y también se han documentado algunas ánforas orientales. Se calcula que estas ánforas llevaron hasta Roma unos 6.000.000.000 (seis mil millones) de litros de aceite.
Excavación en Monte Testaccio
Respecto de la distribución, cabe destacar que en todo el imperio se encuentra cerámica de la mejor calidad hasta en las poblaciones más modestas.
2-    Producción metalúrgica. Los niveles de contaminación por la fundición de metales de las distintas épocas han podido ser estudiados por la contaminación encontrada en la nieve del ártico, que se acumula año a año formando estratos de nieve perenne. La contaminación de plomo y cobre fue muy alta en la época romana. Dichos niveles de contaminación sólo volvieron a ser alcanzados en los siglos XVI y XVII. Estos niveles de contaminación nos dan la pauta de la enorme producción de metales en la época romana (a mayor producción mayor contaminación).
3-    Las tejas. El techo de tejas estaba totalmente propagado en época romana, hasta las construcciones más sencillas, como los establos, tenían techo de teja. Luego este tipo de material para la construcción desapareció para ser reemplazado por los techos de paja o productos similares.
4-    Construcción con piedra y mortero (el mortero sería como nuestro cemento). En amplias zonas del imperio se perdieron las técnicas constructivas introducidas por los romanos. En Britania la mayor parte de las construcciones empezaron a hacerse con materiales perecederos, lo mismo pasó en Italia con la construcción de viviendas. En Italia sobrevivió la técnica de construcción con piedra y mortero solamente para las iglesias, pero estas eran tan pequeñas en comparación con las romanas que sólo se las puede calificar como de “enanas”. Encima, a las iglesias se las construía con materiales reciclados, es decir, materiales que habían sido utilizados en edificios antiguos destruidos para aquel entonces.
5-    La moneda. El sistema monetario desapareció casi totalmente de la vida cotidiana (la gente volvió a utilizar el trueque). En la época romana hubo un complejo sistema monetario con monedas de oro, plata y cobre. En algunas regiones, como Britania, este sistema desapareció ya en el siglo V. La moneda de cobre, que era la que usaba la gente para sus transacciones diarias, desapareció. Los reyes de los nuevos reinos romano-germánicos sólo van a acuñar monedas de oro y plata como una muestra de prestigio y poder.
6-    Descenso de la población. La tierra se volvió menos productiva y empezó a alimentar a menos personas. Esto se produjo por el quiebre de la especialización y el comercio. Mientras existió el Imperio Romano, cada zona producía aquellos bienes agropecuarios para los que estaba mejor preparada (por el tipo de tierra o el régimen de lluvias). Cada zona vendía sus productos y compraba en otras regiones aquellos productos que necesitaba. Esto hizo que los alimentos fuesen de buena calidad y tuviesen precios bajos. Cuando desapareció el imperio desapareció también el comercio por lo que cada zona debió a volver a producir todos los bienes que necesitaba, aquellos para los que tenía facilidad y aquellos en los que no. Por ello la tierra se volvió menos productiva. Con los animales sucedió lo mismo, antes eran criados en ricas tierras de pastoreo, luego se los empezó a criar en todas partes, lo que llevó a que empeoraron racialmente, produciendo menos carne o leche.
7-    Alfabetización. Los romanos utilizaban la escritura en forma casual, efímera y cotidiana (es decir, llenaban las paredes de insultos, propagandas políticas, declaraciones de amor, etc., todo lo contrario de aquellas civilizaciones que tuvieron una clase especial de gente, los escribas, para leer y escribir). En Roma la mayor parte de la población sabía leer y escribir. En Pompeya se encontraron más de 11.000 inscripciones, desde insultos, carteles que anunciaban “cave canem”, es decir, cuidado con el perro, grafitis, etc. Este tipo de escritura casual desapareció y, durante la Edad Media, los que sabían leer y escribir eran unos pocos.
En fin, se puede decir que el nivel de complejidad económica y cultural, alcanzado durante el Imperio Romano, desapareció. Luego de la caída de Roma se volvió a niveles de desarrollo anteriores a la época pre-romana. Hicieron falta muchos siglos de desarrollo para que en Europa se volvieran a alcanzar los niveles de vida de la época romana. Por esto se entiende que Ward-Perkins hable de “…el fin de la civilización”. 

lunes, 7 de marzo de 2016

Fin del misterio: así se construyeron las pirámides de Egipto

Así se construyeron las pirámides de Egipto

Científicos descubrieron el truco que reducía a la mitad la fuerza de tracción requerida para los trineos que utilizaban en las construcciones.


TN - Jueves 1 de Mayo de 2014

Cada uno de los bloques de piedra de La Gran Pirámide de Keops (Giza, El Cairo) pesa entre dos y sesenta toneladas. En total, suman más de dos millones de bloques solo para esta pirámide.
Aunque hasta ahora no estaba claro cómo los egipcios consiguieron mover esta gran cantidad de piedras, físicos de la Fundación FOM y la Universidad de Amsterdam han descubierto que utilizaban un truco para hacer más fácil su transporte durante la construcción de las pirámides.
Según señalaron los autores del estudio, las piedras que solían arrastrarse sobre una losa a la que se ataba una cuerda a modo de 'trineo', se transportaban por zonas donde se había humedecido la arena,lo que permitía un mejor deslizamiento.
Según explican los expertos en el artículo publicado en Physical Review Letters, los experimentos realizados demostraron que una cantidad correcta de humedad en la arena reduce a la mitad la fuerza de tracción requerida.

Para llegar a esta conclusión, los físicos colocaron una versión de laboratorio del trineo egipcio en una bandeja de arena. Con este ejemplo se determinó tanto la fuerza de tracción requerida, así como la rigidez de la arena en función de la cantidad de agua en la arena.
Con estas prácticas, los científicos encontraron que la fuerza de tracción requerida disminuyó de manera proporcional a la rigidez de la arena. Ésto se debe al suceso conocido como puente capilar, cuando pequeñas gotas de agua se unen los granos de arena y forman un plano rígido.
"Un trineo se desliza con mayor facilidad sobre la arena del desierto firme simplemente porque la arena no se acumula en la parte delantera del trineo como lo hace en el caso de la arena seca", agrega uno de los investigadores.
La pista pintada
Los expertos señalan que posiblemente los egipcios fueron conscientes de este "truco". Una de las pruebas es la pintura de una de las paredes de la tumba de Djehutihotep, jefe de una de las regiones del Alto Egipto durante los reinados de Amenemhat II, Sesostris II y Sesostris III (1914-1852 a.C.) que muestra claramente a una persona parada en la parte delantera del trineo arrojando agua sobre la arena.

Estos resultados también son interesantes para sus aplicaciones modernas, aseguran los autores. Creen que este descubrimiento puede ser útil para optimizar el transporte y el procesamiento de material granular, que actualmente representa alrededor del 10% del consumo de energía en el mundo.