miércoles, 23 de septiembre de 2015

La segunda colonización griega

LA SEGUNDA COLONIZACIÓN GRIEGA

            Aproximadamente, entre los años 734 AC. Y 580 AC., se produjo la espectacular expansión del pueblo griego por todas las costas de los mares Mediterráneo y Negro.
Área de expansión en la segunda colonización griega

Semejante expansión tuvo muchas causas, pero parece que la más importante fue la necesidad de buscar nuevas tierras para cultivar, dado que las tierras griegas ya no daban abasto para alimentar a una población en constante aumento. Las polis que casi no colonizaron, como Atenas, contaban con mucha tierra fértil. Esparta sólo fundó una colonia (Tarentum), pero fue con posterioridad a conquistar y esclavizar al pueblo mesenio.
Los lugares en los que se establecían las nuevas polis eran cuidadosamente seleccionados teniendo en cuenta varios factores: defensa (debía ser un promontorio fácilmente defendible), comercio (debía contar con un buen puerto o fondeadero natural) y tierra (debía contar con tierras fértiles en abundancia). Las colonias más antiguas le dieron más importancia a la defensa y a la fácil comunicación. El aspecto de la defensa estuvo muy presente en toda la colonización. Los griegos prefirieron zonas en las que no hubiese grupos nativos o donde éstos viviesen en condiciones muy primitivas, de forma de no ocasionarles problemas.
Existían dos tipos de asentamientos bien distintos. El empórion (un asiento de intercambio comercial) era una comunidad de comerciantes, oriundos de muchas polis, que se establecían en una zona para facilitar el comercio. La apoikía (asiento lejos del hogar), o colonia propiamente dicha, fueron establecidas por polis particulares en una fecha determinada y por un acto público de fundación.
Ni bien la colonia estuvo establecida empezaba a desarrollar un importante intercambio comercial. Las del oeste aportaban cereales, otros productos naturales y esclavos, en la región de Tracia se obtenían plata, pieles, maderas y esclavos, desde el Mar Negro se enviaban cereales, pescado seco y esclavos. El comercio fue una consecuencia de la colonización, no parece haber sido su causa. La causa siempre fue la búsqueda de nuevas tierras fértiles.
Los colonizadores componían, al principio, grupos pequeños, pero eran todos hombres en condiciones de combatir. Su número rondaba los 200 hombres o menos. Normalmente eran hombres solteros, hijos de familias donde había al menos dos herederos varones. Al establecerse la tierra se dividía en lotes iguales, sin importar las distinciones que los colonizadores traían de su ciudad-madre.

DOS HISTORIAS DE COLONIAS GRIEGAS

Los foceos se convirtieron en exploradores de las rutas más peligrosas en busca de mercados nuevos. Su colonia de Massilia (Marsella), fundada hacia el 600 AC., no fue un asiento agrícola, ya que la tierra era pobre, sino que servía para controlar el comercio del río Ródano. La leyenda de su fundación refleja la buena voluntad de los nativos, ya que una princesa gala local se enamoró del fundador de la colonia y se casó con él. Los griegos enseñaron a sus nuevos aliados a cultivar la tierra, a amurallar las ciudades y a vivir bajo la ley y no bajo las armas. Introdujeron el vino y el olivo y, de a poco, fueron cambiando su vida, hasta tal punto, que parecía que la Galia se hubiese mudado a Grecia y no Grecia a la Galia.
Hacia el 630 AC., se fundó la ciudad de Cirene en las costas africanas. Sus fundadores provenían de la isla de Thera (la actual Santorini). Cuentan las leyendas que el oráculo de Delfos les había dicho a los therenses que fundaran una ciudad en Libia, pero nadie lo escuchó. Se produjo una sequía de 7 años y Delfos repitió su oráculo. Los therenses no sabían ni donde quedaba Libia, pero en Creta encontraron un mercader que afirmó haber estado una vez allí. Los colonizadores fueron hombres escogidos “hermano por hermano, elegidos por suertes”. Dos naves zarparon con su guía, pero parece que los colonizadores no supieron que hacer y trataron de volver a Thera, pero los therenses les arrojaron piedras y no les permitieron desembarcar, obligándolos a volver a hacer un nuevo intento. Llegaron finalmente a las costas libias y fundaron una ciudad en una isla, para defenderse mejor, pero la ciudad no prosperó. Al ver que la población nativa no parecía belicosa; se animaron a fundar una nueva ciudad en tierra firma. Los griegos fueron conducidos por los nativos hasta el emplazamiento de Cirene, pero los africanos les hicieron una trampa. Los guiaban de noche para no caminar bajo el sofocante calor del día, de paso, durante las noches, pasaron por lugares mucho más agradables y ricos que Cirene; sin que los griegos se dieran cuenta. ¿Cómo fueron elegidos los colonizadores? Se conserva un documento que establece que: se debía elegir por sorteo un miembro de cada familia donde hubiese, al menos, dos varones en edad de combatir. Se les daba un plazo de 5 años para establecer la nueva ciudad, si fracasaban podían volver, pero no antes. El que saliese sorteado y se negase a partir sería castigado con la pena de muerte y su propiedad pasaría a ser pública.

Estos elementos que se conservan de la fundación de Cirene (elección por sorteo de los colonizadores, prohibición de volver antes de los 5 años, sanción con pena de muerte a quien no cumpla con su deber de marchar al extranjero, el apedrear a los compatriotas que intentaron volver a su ciudad de origen, etc.) nos muestran que se trataba de sociedades que estaban desesperadas por el problema del hambre y que necesitaban remediarlo a cualquier precio. 

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