Esparta
En Grecia existieron dos polis que sirvieron como
modelo para las demás: Atenas y Esparta. Cada una de ellas adquirió una gran
fama, pero ambas se destacaron en cosas muy distintas. Se puede decir que
fueron dos modelos opuestos. Vamos a ver, en detalle, cómo estaba organizada
Esparta.
Esparta
Esparta fue el estado
hoplita ideal de Grecia. Los hoplitas eran los guerreros griegos de ese
entonces y Esparta constituía el ideal militar de toda Grecia. Esparta siempre
se sintió orgullosa de haber evitado la tiranía y de haber tenido una forma de
gobierno estable a lo largo de los siglos.
Los dorios llegaron
cerca del 1200 AC a una región llamada Lacedemonia. Allí se fundó la polis de
Esparta, en una llanura fértil, al lado del río Eurotas. De a poco los
espartanos fueron conquistando muchas regiones vecinas. Cerca de 30 aldeas de
los alrededores fueron sometidas a Esparta. Estas aldeas estaban habitadas por
los que luego se conocerían como Periecos. Las aldeas de los periecos eran
autónomas y ellos eran habitantes libres. Los espartanos los protegían con su
ejército y ellos, a cambio, estaban obligados al pago de tributos y al
reclutamiento militar. Los periecos peleaban con los espartanos lado a lado,
pero en batallones distintos. Ellos tenían derecho de llamarse Lacedemonios, a
pesar de no ser espartanos. Los periecos fueron fieles aliados de los
espartanos y se vieron beneficiados en muchos sentidos, por ejemplo, después de
las reformas de Licurgo, ellos fueron los encargados de fabricar las manufacturas
y de comerciar con otras polis. Más allá, hacia el sur y en dirección al mar,
se encontraban los poblados de los ilotas, esclavos que trabajaban al servicio
de esparta. Otra región conquistada por Esparta fue Mesenia. La conquista de
los mesenios se produjo en la época de la colonización, alrededor del 700 AC . Ello explica porque
Esparta no se dedicó a colonizar otras tierras fuera de Grecia: Esparta, una
comunidad doria, estaba ocupada en la conquista de Mesenia, otra comunidad
doria.
Aparentemente Esparta
sufría del problema del mal gobierno y de muchos enfrentamientos internos en su
sociedad. Además, las guerras con Mesenia agotaban la fuerza de Esparta, a tal
punto que los espartanos perdieron la batalla de Hysias en el 669 AC . Ello motivó la
sanción de nuevas leyes por parte de Licurgo, leyes que debían fortalecer la
comunidad y darle estabilidad a su gobierno. Licurgo organizó de tal modo la
sociedad que toda Grecia habló de la “Eunomia” (buen orden) de dicha polis. A
partir de entonces los espartanos, siempre al borde de la extinción por los
enemigos internos de su misma sociedad, se ataron al modelo social de Licurgo y
no quisieron cambiarlo más. Cuando toda Grecia cambió y se adaptó a nuevas
instituciones, Esparta permaneció fija a las suyas. Ello le dio fuerza en
muchos aspectos, pero grandes debilidades en otros.
El sistema de gobierno
que estableció Licurgo para que Esparta deje atrás el desorden fue una
combinación de las formas de gobierno conocidas por los griegos. De la
monarquía sacó la idea de tener dos reyes, de la democracia tomó la idea de
formar una asamblea de ciudadanos, de la aristocracia tomó la idea de formar un
consejo de 28 ancianos (gerusía) que iba a servir de equilibrio: si los reyes
querían abusar de su poder ellos deberían estar del lado del pueblo, si el
pueblo quería abusar del suyo, ellos defenderían a los reyes. También instituyó
a los 5 éforos que funcionarían como un consejo de gobierno.
Estatua de Leónidas, Rey de Esparta |
La segunda medida que
tomó Licurgo fue hacer una redistribución de las tierras para acabar con el
exceso de riqueza y de pobreza que tanto mal le hacía a la sociedad. Por ello,
hizo que todos pusieran en común sus tierras y le dio a cada espartano un lote
igual al resto, suficiente para mantenerse con su familia. Para acabar con la
codicia y el deseo desordenado de bienes materiales, prohibió el uso de monedas
de oro y plata y sólo admitió las de hierro. De esta forma, el comercio de
bienes de lujo fue desapareciendo y sólo quedaron en Esparta quienes fabricaban
bienes de uso diario.
La tercera medida para
lograr la igualdad de los ciudadanos fue organizar los “syssitía”, es decir,
las comidas en común. Participaban en ellos todos los espartanos mayores de 20
años. Hasta los 30 años los jóvenes debían hacer las dos comidas en común, los
que tenían más de 30 podían hacer una comida con su familia y la otra en común.
Todos debían comer juntos y comer lo mismo, para que nadie se distinga de los
demás. Si uno comía antes en su casa y en el syssitía no comía ni bebía era
amonestado por los otros ciudadanos. Todos los espartanos aportaban al mes una
determinada cantidad de cebada, queso, vino e higos, más una pequeña suma de
dinero. Las mesas se armaban para quince hombres. Se cuenta de cierto rey,
llamado Agis, quien luego de volver de pelear una batalla con Atenas no quiso
asistir al syssitía y mandó que le enviaran la comida a su casa. Los éforos no
sólo no le enviaron la comida sino que al otro día lo multaron por su falta.
Otra ley de Licurgo consistió en prohibir que los
espartanos peleen muy seguido con los mismos enemigos, para evitar que aprendan
a pelear tan bien como ellos.
Otra de las leyes de Licurgo fue organizar la
educación de los espartanos hasta en los mínimos detalles. En primer lugar
quiso evitar que las mujeres protegieran demasiado a sus hijos para evitar que
ellos fueran aniñados y consentidos. Sometió el cuerpo de las jovencitas a toda
clase de fatigas (carreras, lanzamiento de jabalina, etc.), pensando que si las
madres eran fuertes sus hijos serían fuertes también. Las jóvenes eran
obligadas a desfilar y danzar desnudas delante de los hombres. A las que
bailaban bien se las elogiaba y a las que lo hacían mal se las censuraba. A
pesar de esto, la mujer era muy estimada entre ellos y las espartanas estaban
orgullosas de sí mismas. Se cuenta que una extranjera le dijo a Gorgo, la
esposa de Leónidas, que “Solamente ustedes, las espartanas, mandan sobre los
hombres” y ella le dijo: “Pues solamente nosotras parimos hombres”.
Licurgo hizo muchas cosas para tratar que todos los
jóvenes se casaran con una espartana. De hecho, a los solteros se los tenía en
poca estima ya que ellos no les habían dado hijos a Esparta. Los ancianos que
eran solteros no gozaban del respeto de los jóvenes. Se cuenta que un
prestigioso general, llamado Dercílidas, le pidió a un joven un asiento durante
un syssitía y éste se negó a dárselo diciéndole: “Tu no has engendrado a quien
me vaya a dar a mi el asiento en el futuro”.
El casamiento era muy extraño. La joven novia era
raptada por el novio, se le rapaba la cabeza y se le ponía un vestido de
hombre. El marido sólo podía compartir con ella breves momentos de la noche, ya
que estaba obligado a cenar con sus compañeros y luego volver a descansar con
ellos. Esto se lo hacía durante varios años. En el matrimonio los esposos no
tenían la obligación de ser fieles entre sí, sino que los hombres y las mujeres
podían compartir sus esposas y esposos, siempre que se contase con la
aprobación del otro esposo o esposa. Esto quizá se explique porque Licurgo no
consideraba a los hijos como propiedad de sus padres sino como propiedad de la
ciudad.
Respecto de la educación, podemos destacar que la
ciudad tenía más poder de decisión que los mismos progenitores. Al recién
nacido los padres debían llevarlo ante un lugar donde era examinado por algunos
ancianos. Si el bebé era fuerte y bien formado ellos daban la orden de criarlo,
si era débil era abandonado en un barranco del monte Taigeto. Las nodrizas
tenían orden de criar a los niños sin berrinches, sin miedo a la oscuridad ni a
la soledad. A los 5 años los niños eran distribuidos en grupos para que pasaran
todo el día juntos. Al frente de cada grupo se ponía al niño más fuerte y
sensato. Recibían poca instrucción en letras, casi toda la educación estaba
orientada a aprender a obedecer y a pelear. A medida que iban creciendo se
intensificaban las luchas y los desafíos corporales. A partir de los 12 años
los jóvenes vivían juntos; a cargo de otro joven de 19 años. Éste les mandaba a
buscar leña y comida para abastecerse. La comida la debían obtener por medio
del robo, con la particularidad que si alguno de los niños era descubierto era
castigado con azotes y se le privaba de la comida ese día. De esa forma se
quería fomentar su ingenio y destreza en todas las situaciones. También existió
una institución llamada “Krypteia” por medio de la cuál el jefe de cada banda
de jóvenes enviaba a los más valientes al campo con un cuchillo y un poco de
alimento. Los jóvenes se escondían de día y de noche se dedicaban a matar ilotas,
es decir, esclavos. Esta institución, que formaba parte del entrenamiento
guerrero, también sirvió para mantener aterrorizados a los esclavos, tan
numerosos, que siempre hicieron temer a los espartanos.
Una vez que se completaba la instrucción los jóvenes
pasaban a formar parte de la falange de hoplitas (es decir, de la formación
militar típica de la época). Durante 400 años no hubo ejército que derrotara a
los espartanos. Ellos tenían la costumbre, luego de derrotar a su enemigo, de
dejar que huyera. Como todos los griegos sabían esto, ni bien veían que la
batalla se les complicaba, dejaban sus armas, seguros que los espartanos les
perdonarían la vida.
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